Estoy desfasado: me siento a la vez inútil e indiferente.
Él dice que la experiencia es como la comida y que, si el organismo funciona bien, utiliza un parte de ella para nutrirse y debe eliminar el resto. Dice que la mayoría de las personas infelices son aquellas que no pueden deshacerse de las experiencias inservibles.
Es como si hubiera dos tipos de vida, entonces, y cuando parece que no ocurre apenas nada es cuando uno tiene una vida interior más intensa.
Entonces pensé que la emoción era inútil. Ese es mi problema: no tengo casi ninguna emoción auténtica, sino solo horribles sustitutos, figuraciones intelectuales y frustraciones físicas.
Es decir, damos tremendamente por sentado lo que somos. Desarrollamos ciertos músculos y ciertas partes del cerebro, pero el resto lo llamamos suerte, instinto o mala suerte. No nos cuestionamos qué más somos aparte de músculos y cerebro, y desde luego no nos preguntamos lo que podríamos ser. Nos comportamos como productos prefabricados que intentan agarrarse a los cambios según las circunstancias, como si estas fueran los únicos factores variables de nuestras vidas.
...; hoy en día mis emociones rara vez van más allá de la ansiedad, la irritación y, en ocasiones, la compasión.
... la vida es una cordillera de granos de arena ...
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