divendres, de maig 13, 2022

stardate: segunda casa



¿Por qué vivimos tan dolorosamente en nuestras ficciones? ¿Por qué sufrimos tanto por cosas que nosotros mismos nos hemos inventado?

Cuando veo a otra gente consiguiendo lo que quiere, a codazos, exigiendo las cosas, decido que prefiero pasarme sin ellas. Me alejo, avergonzada de la necesidad, de la mía y la de los demás.

Cuando te han criticado siempre, desde antes de lo que alcanzas a recordar, es casi imposible situarse en el tiempo o en el espacio anterior a la crítica: es decir, creer en tu propia existencia. La crítica es más real que tu misma: de hecho parece que es lo que te ha creado.

Lo que menos entendía de todo era qué es la libertad y cómo alcanzarla. Yo la veía como un simple desbrochar un botón, una liberación, cuando en realidad -como tú bien sabes- es el dividendo generado de la obediencia continua de las leyes de la creación y su dominio. Los dedos del pianista, rigurosamente entrenados, son más libres de lo que lo será jamás el corazón esclavizado del amante de la música.

Me costaba mucho sentir respeto por nada, dije, y me rebelaba instintivamente contra aquello que se me presentaba como fijo o inamovible.

Creo que tengo la obligación de dejar que te vayas -dije, después de pensarlo bien-, pero si eso no sale bien, creo que tengo la obligación de hacerme responsable de ti para siempre.

Pero Kurt no era débil: los hombres nunca lo son. Unos reconocen su fuerza y la utilizan para hacer el bien; otros son capaces de conseguir que su voluntad de poder resulte atractiva, y otros recurren al engaño y la connivencia para gobernar un egoísmo que a ellos mismos les asusta un poco.

... en cierto modo intentaba liberarla de misma, cuando lo que ella necesitaba era llevarse una parte de mí.

... el principio fundamental que había empleado en la educación de mu hija había sido sencillamente hacer con ella lo contrario de lo que habían hecho conmigo.

La cualidad que sentía que me faltaba era la autoridad, porque casi todo lo parece.

En el pasado se erizaba como un puercoespín y me atacaba con todas sus púas cuando intentaba darle alguna muestra física de cariño y eso me hizo desarrollar la costumbre de no tocarla demasiado, hasta que al final ya no sabia de quién de las dos procedía este comportamiento tan poco expresivo.

Yo necesito llegar a la verdad de las cosas y cavar y cavar hasta sacarla a la luz dolorosamente: otra cualidad perruna.

... había aprendido que era ingenua esperar que los demás me permitieran cambiar cuando eso cambios chocaban directamente con sus propios intereses, y la revelación de que mi vida entera, aparentemente construida sobre el amor y la libertad de elección, era en parte una fachada que ocultaba el egoísmo más cobarde me sacudió en lo más hondo. No hay límite, dije, a lo que ciertas personas son capaces de hacerte si las ofendes o les quitas lo que quieren, y el hecho de que en determinado momento queramos o elijamos relacionarnos con esas personas es uno de los principales misterios y tragedias de la vida.

¿Por qué era tan difícil convivir a diario con los demás y seguir recordando que no eras como ellos y que esa era tu vida única y mortal?

Si tratáramos cada momento como una situación permanente, un lugar en el que quizá nos podríamos ver obligados a quedarnos para siempre, qué distintas serían la mayor parte de las cosas que abarca ese momento! Puede que las personas más felices sean las que, en general, se adhieren a este principio, las que no utilizan el momento como aval de un préstamo, sino que lo dotan de cosas que pueden extenderse razonablemente a otros momentos sin causar ni sufrir daño y destrucción, aunque hace falta una disciplina y un grado altísimo de frialdad puritana para vivir así.

Creía en la trama de la vida y tenía la certeza de que a todos nuestros actos se les asigna un significado, de un modo u otro, y que las cosas al final -aunque cuesten mucho- salen bien.

¿Tiene la catástrofe el poder de liberarnos, Jeffers? ¿La intransigencia de lo que somos puede romperse a consecuencia de un ataque tan violento como para garantizar que sobrevivamos solo a duras penas?

No puedes tener por mascota una serpiente ...

Ojalá que algo pudiera decirnos con antelación a qué partes de la vida prestar atención.

Buena parte de nuestros sentimientos son ilusiones.